Nada parece lo que parece, ni siquiera cuando crees que parece, es real lo que parece. La esencia de las cosas va mas allá de la apariencia y es ahí, donde podemos distinguir, si atendemos, la realidad de lo que creemos que parece.

Maku Sirera Pérez

El libro » un curso de milagros» nos dice que cada vez que pensamos en atacar a alguien es como si estuviéramos sosteniendo una espada sobre la cabeza de esa persona. La espada, sin embargo, no cae sobre ella, sino sobre nosotros. Como todo pensamiento que tenemos se refiere a nosotros mismos, condenar a otra persona es autocondenarnos. Cuando alguien se comporta sin amor, cuando alguien nos grita, o nos miente, o nos roba, es que ha perdido el contacto con su propia esencia. Ha olvidado quién es. Pero todo lo que alguien hace, (dice un curso de milagros), es o bien «amor o una petición de amor». Si alguien nos trata con amor, no hay duda de que el amor es la respuesta. Si nos trata con miedo, hemos de ver su comportamiento como una petición de amor.

El sistema penitenciario estadounidense ejemplifica la diferencia filosófica y practica entre percibir el pecado o percibir el error. Consideramos culpables a los criminales e intentamos castigarles. Pero todo lo que les hacemos a los demás, nos lo hacemos a nosotros mismos. 
Las estadísticas son la dolorosa prueba de que las prisiones son escuelas del crimen; una enorme cantidad de crímenes los cometen personas que ya han pasado por la cárcel. ¿Significa esto que hemos de perdonar a un violador, decirle que entendemos que tuvo un mal día y mandarlo a su casa? Por supuesto que no. Deberíamos pasar de percibir las prisiones como lugares de castigo a percibirlas como lugares de rehabilitación y reinventar personas. (JUSTICIA RESTAURATIVA).

El perdón es el arte marcial de la conciencia. Cuando devolvemos el ataque, y la defensa es una forma de ataque, iniciamos una guerra que nadie puede ganar…
Tanto si eres el primero en golpear como si devuelves el golpe, eres un instrumento del ataque y no del amor, así no puedes cambiar el mundo.
Fragmento de «volver al amor» Marianne Williamson.

 

La oscuridad es simplemente la ausencia de luz y, el miedo, no es más que la ausencia de amor. No podemos liberarnos de la oscuridad golpeándola con un palo, porque no hay nada que golpear. Si queremos liberarnos de ella, tenemos que encender la luz. De la misma manera, si queremos liberarnos del miedo, no lo conseguiremos con él; debemos reemplazarlo por el amor.
La paz es el resultado del perdón. El dolor no proviene del amor que los demás nos niegan, sino más bien, del amor que nosotros les negamos. En la medida que comienzas a no juzgar, comienzas a sentir calma

Entre luces y sombras va creciendo el ser humano. Las sombras sustentan nuestras luces y las ayudan a hacerse grandes e inmensas. Reconociendo cada parte de nosotros mismos es cuando somos. Creando conciencia de quién deseamos ser y eligiendo el camino por el que queremos transitar. Luces y sombras nos completan y nos complementan, para sentir lo humano y lo divino que habita en nosotros.

Soltar el pasado y a las personas que decidimos en algún momento dejar allí, es una de las acciones más saludables que el ser humano debe llevar a cabo. Si alguien se quedó atrás, no volvamos a colocarlo delante en la misma posición y con la misma frecuencia e intensidad. Desintoxicar nuestras emociones, nuestra mente y por tanto, nuestras acciones, es vital para transitar por el camino de la felicidad. Cerrar ciclos, cerrar historias, soltar momentos, soltar pasados, soltar emociones, cortar lazos, romper cadenas emocionales, soltar mochilas que no son nuestras y voluntariamente las hacemos nuestras por miedos, es una acción vital para que la vida se de. Es más sencillo de lo que pensamos. Si quiero, puedo. Si no puedo es que no quiero. ¿De verdad que quieres ser feliz? ¿Sí? Pues suelta tu pasado y  PERDÓNATE.

Quizá sólo las palabras dichas desde el amor y con amor, valen el tiempo dedicarlas, decirlas, mostrarlas. Ser conscientes de lo que decimos en cada instante y, tomar luego la decisión de elegir compartirlas, sería uno de los actos de amor y de PERDÓN hacia una misma (personas) y, hacia el resto del mundo.

¿Cómo le pedimos a los demás que nos respeten si nosotros no nos respetamos? ¿Cómo le exigimos a los demás que nos amen si nosotros no nos amamos? La responsabilidad de una vida plena y de respeto hacia nosotros mismos es nuestra, cien por cien y únicamente nuestra. ¿Le entregaríamos a cualquier persona  nuestra mascota? ¿Y nuestro coche? ¿Nuestro reloj favorito? ¿Algo que apreciamos mucho? ¿Lo daríamos sin más? ¿Sin saber si estará bien cuidado? Entonces, ¿Por qué entregamos nuestra alma al primero que se muestra delante de nosotros y nos dice palabra deliciosas, que no tienen demostración, ni acción? Cada acto que realizamos en nuestra vida está en juego nuestra alma.

Desde «un curso de milagros» se reconocen varios pasos para llegar a sentirnos unidos, en unicidad y en el todo, pasos para llegar al PERDÓN y vivir, sin la necesidad de contemplar tal posibilidad cuando amas desde la aceptación y la integración. El PERDÓN, como liberador y sustentador de todo lo que somos, integrando las sombras, las luces, la máscara social y humana, en definitiva, amar sin expectativas, aceptando hasta lo que podríamos juzgar como inadmisible, con la solución del amor, como herramienta, como llave, como puerta, como ventana, como acceso a ese mundo anhelado y añorado por toda la humanidad.

Desde la responsabilidad  propia  de que podemos cambiar la mirada y la observación, de todo cuanto acontece en nuestros escenarios de vida, está en nuestra mano cambiar los significados y la intención. Creamos algo nuevo, cuando elegimos cambiar las palabras y sus significados, quitándole el poder que le otorgamos desde nuestro modelo de mundo, desde nuestras propias creencias, que vienen programadas por fidelizaciones familiares, sociales, educacionales, circunstanciales y experienciales.

Podemos hablar de varios pasos para el «PERDÓN», partiendo de un sólo lugar, «UNA MISMA», como persona. «UNO MISMO», como esencia o alma.

YO:

Yo haría esto de esta forma. Yo no hubiera hecho esto jamás. Yo estoy seguro de que esto es así. Yo nunca haría tal cosa. Yo tengo la razón absoluta de esto.

¿Seguro? ¿Seguro que estás seguro? ¿Seguro que es verdad? ¿Seguro que es verdad que es verdad? ¿Nunca? ¿Siempre? ¿Jamás?

CAMBIAR «TÚ» POR «YO ME PERMITO»:

Tú eres… Tú me has hecho… Tú me provocas… Tú estás… Tú me haces sentir… Tú me niegas…

Yo soy… Yo me permito que me hagas… Yo me permito que me provoques… Yo me permito estar… Yo me permito que me hagas sentir… Yo me permito que me sienta negado…

  • ACEPTACIÓN: Atiendo y recojo mi sentir (sensibilidad). Rabia, ira, dolor, tristeza… le doy lugar a esa emoción o sentimiento, sin pasar de puntillas u obviar e ignorar, abandonando el miedo a sentir, a reconocer, a otorgar que soy humana, sin racionalizarlo, sin enjuiciarlo, solamente sentir y reconocer, dar un lugar a lo que siento. Acepto mi sentir, yo siento. Primero reconocer que siento, aceptando que siento y luego concediendo un cambio de significado, un cambio de mirada.
  • RESPONSABILIDAD: (yo) Me responsabilizo. Entiendo y concedo compresión a mi sentir, todo conflicto está en mi mente, no existe, está ahí por ser una proyección de mis creencias y así las elijo sustentar. Puedo elegir dejar de proyectarme como víctima de la vida y asumir mi responsabilidad. Lo que provoco con este sentir nada tiene que ver conmigo y con el amor hacia mi, sólo es un programa al que yo le estoy otorgando sentido. Elegir quitarle el único poder que tiene que es mi atención en la intención de la mente, es responsabilidad mía y está en mi mano. Tristeza, dolor, miedo, inseguridad, culpa, castigo…
  • NO SÉ (desde la aceptación de mi inocencia).Admito que no sé, no sé desde dónde lo he creado o proyectado ni porqué ni para qué.  Admito que es mejor que suelte el juicio, el control de la situación, del sentir, de la razón, que no sé de TÚ INTENCIÓN NADA, que no sé de TÚ NECESIDAD NADA, que no sé de TÚ PROCESO DE VIDA NADA, que no sé de TÚ NIVEL DE CONCIENCIA NADA, que «NO SÉ». Elijo ver las circunstancias de otro manera. Elijo ver al otro de otra forma, desde un gran «NO SÉ» que me conecta a la comprensión y a la unión y por tanto al PERDÓN de mi mismo y a su vez del otro.
  • ELIJO VER DE OTRA MANERA: Elijo, decido elegir, elección ante cualquier situación. ME abro al silencio, a no querer tener razón, a  ser reflexión. Recojo mis capacidades y les otorgo un lugar en el sentir desde la inocencia y el respeto a mi alma. Abro mi capacidad de creación y de conexión esencial. ME entrego a algo más grande que yo que habita en mi interior y me conecta con el amor, con la inocencia con la que vine a este mundo y soy. Sé que puedo elegir crear desde mi esencia, desde mi inocencia, desde el confiar que todo está bien y es perfecto en mi mundo de posibilidades. ME pido un cambio de percepción, de atención. Observo a Ego, le doy lugar, le concedo el abrigo de la aceptación y  elijo mirarlo  desde la inocencia de lo que soy, sin resistencia, sin obviarlo, sin ignorarlo. Sé que el conflicto que estoy proyectando en otro, es conmigo mismo, puedo elegir seguir y dejar que el ego actúe, sabiendo que Ego no hace amigos y es cien por cien «asesino emocional», o bien puedo elegir entregarlo a esa parte amorosa que existe en mi y OTORGARME EL PERDÓN, cambiando la mirada, la percepción y el resultado de todo. Elijo crear y proyectar desde el amor que todo ser humano lleva consigo.
  • CONFÍO: El perdón se sirve en bandeja propia y nutre lo que soy. Todo pasa por una razón, tanto lo que sucede como lo que no sucede tiene un «para que» en mi vida. Acepto que los escenarios que estoy viviendo se representan con experiencias que elijo vivir para mi aprendizaje. Confío en el proceso que vivo en el momento que tomo consciencia de mi inocencia, del cambio de mirada hacia las experiencias, de la aceptación de mi sentir y de que no sé lo que el otro dice, hace o necesita, ni en qué lugar de su propio proceso se encuentra ni tampoco, cual es su nivel de conciencia en el momento de mi proyección. Confío en mi sabiduría esencial, sin evaluaciones, sin juicios hacia mi ni hacia nadie. Confío en algo más grande que habita en mí, desde mucho antes de nacer. «SOY PERDONA MUCHO ANTES DE NACER».
  • SOLTAR: Nada me pertenece. Suelto las expectativas que deposito en los demás, suelto los juicios, suelto las creencias, las necesidades, el reconocimiento, la aprobación externa, las pertenencias. Suelto mi resistencia a querer tener razón. Suelto las armas, la lucha, las guerras internas que proyecto con los conflictos que mantengo y sustento. Suelto la culpa, el castigo, la fustigación, la mortificación, el atesoramiento del dolor, la adicción al confort de la inmovilidad. Suelto, suelto y suelto y me libero. Me libero del lastre del odio y del rencor, suelto el mantener y sostener algo que no tiene sentido, que no me lleva por el camino de la felicidad al que tengo derecho completo.
  • PERMITIR: Me permito y me amo. Permito la abundancia del Universo, el amor que todo lo envuelve y crea. Permito la prosperidad, la abundancia, el amor, la riqueza, el sentir, el vivir, la vida, permito que el Universo me llene de la abundancia a la que tengo derecho por ser un  SER abundante y la acepto desde el PERDÓN  hacia mi misma y hacia todo lo que elijo proyectar. Me permito soltar, aceptar e integrar en mí el concepto de la abundancia del amor. Elijo permitir el PERDÓN, elijo ser PAZ.
  • AGRADECER: Suelto, permito y agradezco. Agradezco desde que mis ojos se abren a la vida, hasta que decido elegir cerrar un día más vivido desde la abundancia del PERDÓN y del amor. Agradezco cada persona que aparece en mi camino, pues trae para mí una lección o una bendición. Agradezco que cada experiencia vivida hace de mí un ser completo y lleno de abundancia hacia mi propio proceso. Agradezco cada acto, cada encuentro, cada momento, experiencia o circunstancia que recoge en mí todo mi potencial como ser humano, como ser divino y como alma abundante de amor.

GRACIAS VIDA POR MOSTRARME MIS HERIDAS EMOCIONALES, POR PROVEERME DE LAS EXPERIENCIAS NECESARIAS PARA TRANSCENDER MIS MIEDOS Y ENCONTRARLOS EN EL AMOR MAS ESENCIAL.

GRACIAS PERDÓN POR SER LA HERRAMIENTA MAS PODEROSA QUE EL UNIVERSO ME HA REGALADO Y CON ELLA, ELEGIR ENCONTRARME Y SANARME A MI MISMA.

Ante una circunstancia, un escenario, una experiencia o una persona que me provoca emociones que me llevan a mi sombra, a mis heridas o mis oscuridades, me dejo en el amor que soy y practico los pasos del perdón. Detengo mi juicio, observo mis emociones y busco la belleza oculta que se haya en este lugar desde el agradecimiento y con un gran «NO SÉ» del otro nada, cuento conmigo misma y con el amor infinito que soy y «ME PERDONO», «PERDONO Y ME PERDONO»

DECRETANDO DESDE EL AGRADECIMIENTO…

Agradecida porque la vida te ha colocado en mi camino para…

Agradecida porque ha sido posible que me mostraras…

Agradecida por todos estos años compartidos que…

Gracias a ti he visto en mí…

Gracias a estas experiencias de dolor soy capaz ahora de..

Gracias a esta experiencia contigo, he visto la integración de mi aprendizaje…

Todo está  bien y es perfecto en mi mundo de posibilidades y hoy siento un profundo agradecimiento hacia mí y hacia ti. ¡Gracias!

Gracias a mi por permitirme la gratitud y esta experiencia…

Un pasito tras otro viviendo el PERDÓN hace de mi vida un gran recorrido de encuentros y una magnífica experiencia sentida. ¡GRACIAS!❤ ❤ ❤ ❤

Maku Sirera Pérez