Amar con los brazos abiertos, sin más dueño que el propio amor.
Amar con el alma expuesta, sin más muestra que el ofrecimiento de la propia vulnerabilidad.
Amar con el cuerpo a disposición de la vida, el vientre a disposición del futuro y el corazón pendiente de cualquier alegría o lágrima que sea vertida o sentida.

Maku Sirera Pérez

-NOVENO DÍA DE PRÁCTICA DE SOLTAR, DEJAR IR-

SOLTAR A MAMÁ

Hoy y mañana veremos las relaciones más importantes en la vida de una persona, las primeras relaciones de las que recibimos y de las que aprendemos a relacionarnos con el resto del mundo.

La primera de las relaciones es mamá, desde el mismo instante en el que te encuentras en el vientre materno ya estás relacionándote con la vida, a través de mamá sientes el mundo. Sus emociones, las que ella vive  mientras te encuentras en el lugar más seguro del mundo, su regazo, son también tuyas. Voy incluso más allá, me refiero a las experiencias que vivió tu abuela materna, en el instante en el que ella estaba embarazada de tu madre, a las pocas semanas de gestación, tú ya existías, esa bebé que sería más tarde tu madre, ya llevaba en su interior células que se convertirían en posibles bebes, los óvulos. Uno de esos óvulos eres tú. Las experiencias que vivió tu abuela materna, quedaron impresas en ti a través de la vida de tu madre. Nacemos con un legado elegido lleno de recursos y de información que nos facilita el orden de la vida misma.

Diría que, y esto ya es una creencia que, aunque la sienta sustentada por muchas disciplinas y filosofías sigue siendo una creencia, cada día más, estoy convencida de que elegimos a nuestros padres mucho antes de nacer, con un pacto sagrado, un pacto de absoluto amor bajo una petición de crecimiento y de transcender en esta vida al AMOR. Como sucede con todas las relaciones con las que caminamos en este mundo de formas, como una casualidad nada casual. Como si existiera un guión escrito por nosotros mismos con un único fin, VOLVER AL AMOR.

El mecanismo del parto lo acciona el cerebro del bebé, él comienza ese viaje hacia el exterior para, con la ayuda de mamá, empezar a vivir como un ser indivisiblemente independiente. Mamá expulsa, ayuda a que salgamos a la vida, nos aprueba en ella, nos siente capaces de SER para ser y hacer, con la continuidad de la raza humana. Ella, es el principio de la vida misma y la primera con la que interaccionamos, nos alimentamos y nos nutrimos. A partir de ese momento, ya nada volverá a ser como antes, ella nos mira y la vida entera nos aprueba. Ella es la vida regalando su cuerpo para que seamos.

Mamá nos aprueba en la vida, por y para ella, nos valida como seres independientes físicamente y nos abre la puerta de la madurez emocional. Con este gran paso, con este gran acto de amor altruista y generoso, nos crea un espacio abundantemente seguro para sentirnos merecedores, válidos y suficiente para transitar por ella desde la certeza.

El amor incondicional simboliza a mamá y su dar sin esperar de vuelta lo mismo que ha dado, dar sin expectativas, dar desde la certeza de que ya somos suficiente para vivirnos en nosotros mismos, pues desde ella hemos creado todo lo que somos. Ella, es el lugar de la creación, el lugar de la validación, el lugar para cargar nuestras mochilas de abundancia y merecimiento para salir a la vida y VIVIR.

Mamá, es un lugar sin puertas ni ventanas que sucede constantemente a lo largo del tiempo de vida. Salimos de este lugar sabiendo que podemos volver a él, siempre que necesitemos recordar nuestra valía y cuanto nos la merecemos. No es un lugar para vivir, para atesorar, es lugar de vida, para la vida y por la vida. Volver, si nos hace falta crearnos, recordarnos, recomponernos y salir de nuevo SIENDO.

Ella, es el regazo de Dios y conjuntamente con papá y su atenta mirada, nos exponen con sus largos brazos protectores para lo que hemos elegido experimentar.

Mamá nos aprueba en la vida y para la vida, para SER todo lo que hemos venido a SER y HACER. Ella, como ya he nombrado, es un lugar sin puertas ni ventanas, es el hogar, el lugar donde todo se nos crea, el principio de toda acción y el final de la realización. Desde este lugar esencial todo se da y desde aquí, en la madurez de una persona se toma, la tomamos, la honramos respetando su vida y con ella, la nuestra. Amarla como es, aunque no estemos de acuerdo puesto que esto no va de juzgar, va de agradecer la vida misma.

Tomarla y no pedir. Tomarla y no reprochar. Tomarla y no juzgar. Tomarla y no exigir.

Tomar es recoger abrazando, agradeciendo. Es abrir las manos del alma y del corazón para llenarnos cuidadosamente desde el agradecimiento, nuestras vasijas emocionales y luego, desde el poder de ese acto amor, darnos la vuelta para llenar nuestra vida de todo lo recibido y de todo lo tomado.

Mamá siempre es más grande que tú. Jerárquicamente se encuentra por encima de ti, no porque sea más que tú en arrogancia, no, ella está por encima de ti para dar, para regalarte lo que ella es, sin cuestiones ni juicios, para impulsar su SER sin más esfuerzo que el mismo hecho de haberte parido, haberte aprobado en la vida para que seas. ¡Qué bonita la vida con ella y de ella! Si piensas que lo puedes hacer mejor, ésta jerarquía se rompe y tu juicio de la mano de Ego, cortan la vida misma. Ella lo hace siempre, y digo siempre, lo mejor que sabe, si supiera hacerlo de otra forma, no te quepa la menor duda, lo haría.  

Cuando maduras, cuando tomas la vida, cuando tomas a mamá, la vida te sonríe y te mira como un ser capaz con toda la abundancia que te corresponde. Cuando sueltas a mamá en modo petición o juicio y la tomas, tomas la vida misma y te regalas el mundo, dejas de vivirte en modo niño, te das la vuelta y entonces se da el milagro, vuelves a accionar el mecanismo del parto a la madurez y te entregas a ella, a la vida, porqué más que merecerla, te corresponde. Tomar, es un acto consciente, es detener las peticiones de lo que “te gustaría”, de lo que “desearías” que fuese, para atender lo que ES y vivirte en la certeza de lo que ERES. Tomar es una elección que te empodera, te capacita y te libera de vivirte en MODO NIÑO, convirtiendo tu camino de vida en un lugar transitable desde la amabilidad, la abundancia, el merecimiento y sintiéndote suficiente para TODO.

Cuando pides, reclamas, reprochas, exiges, juzgas, controlas, te crees mejor que tus padres, actúas desde el pensamiento de que lo estás o puedes hacerlo mejor. Cuando le dices como se es madre o padre, estás de espaldas a la vida, estás pidiendo como tendrían que ser las cosas, creyéndote mejor que ellos sin haber vivido sus vidas, sin saber qué harías tú con sus experiencias y en su época. Estamos mirando a mamá y/o a papá. Estamos en MODO NIÑO, MODO BEBÉ. Desde aquí, le pediremos a la vida, le pediremos a nuestra pareja, le pediremos a nuestros hijos, le pediremos a nuestros amigos, le pediremos a todas las relaciones APROBACIÓN Y/O RECONOCIMIENTO y desde esta posición nos viviremos en una rotonda emocional, repitiendo patrones y experiencias, una y otra vez.

SUELTA, SUELTA A MAMÁ, TOMA DE ELLA LO QUE ES Y VIVE, DATE PERMISO PARA LA VIDA. “SUELTA”

De este modo, la vida transcurre detrás de nosotros, ella sucede todo el tiempo, esperando que nos recordemos, esperando a que tomemos nuestro legado y nos demos la vuelta.

AGRADECER LO QUE ES, SUELTA LAS PETICIONES, TOMAR A MAMÁ, DARNOS LA VUELTA Y AMAR.

Hoy, toca soltar a mamá, tomar todo lo que es, amando lo que es y darte la vuelta a la vida. Elige hacerlo en soledad y desde la tranquilidad de no ser interrumpida durante, mínimo treinta minutos, hazlo cuando sientas que el tiempo y el espacio ES para ti y te pertenece para este momento. Tú y ella, juntas, sois lo más importante para este reto de hoy.

Éste, es un ejercicio poderoso, para llevarlo a cabo te sugiero que estés sola, te relajes, te permitas y te dejes llevar por tu sentir.

SOLTAR A MAMÁ ¡QUE BONITA LA VIDA!

Escoge una foto de tu madre, una imagen donde se encuentre sola y mirando al frente  o en su defecto, un objeto que la represente a ella y colócale su nombre (es preferible una fotografía porque el efecto visual te va a ayudar a conectar mejor).

Ponla delante de ti, ligeramente colocada por encima de tu mirada, en una silla,  o apoyada en un marco,  o en la pared, como te sea más cómodo. Ponte de pie frente a ella, a unos dos o tres metros de distancia.

Relájate, respira profundamente y mírala durante un tiempo, mínimo diez minutos antes de comenzar a percibir lo que sientes.

Mientras la observas y te dejas sentir,  dile qué y cómo te sientes, cómo te sientes respecto a ella, dile todo. Recuerda que estás en un lugar seguro para ti.

Dile si la extrañas, si la necesitas o la has necesitado, dile si te sientes sola, enfadada, abandonada, querida, aceptada, reconocida o… dile todo lo que sientes y cómo te sientes respecto a ella.

No busques en tu mente, no se trata de pensar sino de sentir, vendrán a ti, en ese momento, los sentimientos que tengan que venir.

Date tu tiempo y conforme lo vayas sintiendo, camina hacia ella. Sin forzar la situación, pequeños pasos, más despacio o más rápido, como tú lo sientas.

Si aparece odio, rencor o algún sentimiento de esta índole permítete sentirlo profundamente ahora, respira el sentimiento y después suéltalo, entrégalo a la vida, déjalo marchar.

Sigue  caminando y expresando a mamá lo que sientes hasta que consigas llegar a ella, coger la foto o el objeto y ponerlo en tu corazón. Llora si así lo sientes, sin miedos, sin limites, permitiendo que la energía fluya, se manifieste y salga. «SUELTA». Permanece el tiempo que necesites. ¡Date este regalo!

Luego dale las gracias, déjate sentir y cuando estés lista, suelta la foto y colócala en el lugar que sientas.

Seguidamente, en tu libreta de SOLTAR escribe todas aquellas emociones, pensamientos o recuerdos negativos que te hayan surgido mientras has hecho este ejercicio. Seguidamente ya sabes qué hacer con esto que has escrito. SUELTA, SUELTA, SUELTA. Cuando lleves al contenedor el escrito da las gracias…

GRACIAS MAMÁ POR TANTO, CON ESTE ACTO SUELTO MIS PETICIONES DE AMOR HACIA TI. YA ES SUFICIENTE PARA MI DE ESTO.

Seguidamente, en la libreta CREADORA, escribe diez valores o cualidades de tu madre y escribe porque sentipiensas que eso le pertenece. Describe esas cualidades o valores con ejemplos, con experiencias vividas. Una vez sientas que has terminado, detén tu pensamiento y observa dónde tú tienes esos valores o/y esas cualidades. ¡Seguro que las encuentras!

GRACIAS MAMÁ POR DARME LA VIDA, GRACIAS MAMÁ POR SER, GRACIAS MAMÁ POR TANTO. TE AMO COMO ERES, AMO LO QUE ES, TOMO DE TI TODO LO QUE ERES, TOMO DE TI LA VIDA Y ME VIVO

Es un buen lugar la CAJA MÁGICA, para guardar este tesoro que acabas de regalarte. Cuándo necesites recordar qué tomar de mamá, puedes visitar este lugar lleno de serotonina para facilitar tu camino de vida y  sentir esa conexión que existe entre tú y ella de por vida. Ella es la vida, es mágico sentir como el cordón umbilical imaginario te sostiene y te sustenta con todo lo que mereces y te corresponde.

Maku Sirera Pérez